jueves, 20 de septiembre de 2012

Deseo


El reloj esta parado, el tiempo se ha detenido, tus ojos se clavan en los míos con una intensidad indescriptible y nos fundimos, nos fundimos en uno, en un beso eterno y poderoso.

Nos fundimos en uno sintiendo el calor de tu pecho sobre mi pecho, sintiendo el calor abrasador que cubre nuestros cuerpos sudorosos, las gotas de sudor, son como suaves gotas de lluvia que cubren y acarician nuestros cuerpos. Cada caricia, cada roce de tus dedos, cada yema de tus calurosos dedos, es un pequeño golpe de viento que me hace vibrar al son de su brisa. Cada suspiro, cada aliento, es el sonido de las olas del mar rompiendo violentamente contra las rocas.


Cada palabra susurrada al oído con suavidad, es el viento alentando una dulce melodía.

Sentir tu cuerpo contra el mío, como si de una dulce y violenta lucha se tratase, es sentir el peso de la naturaleza sobre él, sentir que formas parte de un todo, fundirme con ese todo, cada momento te siento más cerca, y me siento más cerca de las caricias del mar y del viento, el calor abrasador de tus labios, es como fuego, la naturaleza está en lucha, tu y yo luchamos, hasta que por fin la lluvia cesa, con un grito tembloroso del mar que, cansado, suaviza sus olas y duerme cuando el sol cae, y la luna decide iluminarlo, la luna que puedo ver de nuevo reflejada en tus ojos.


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