miércoles, 27 de noviembre de 2013

ORDENAR IDEAS, ORDENAR ARMARIOS

Todos algunas vez, hemos realizado la temida limpieza de armarios. Una tarea que resulta agotadora y que suele llevar mucho tiempo. Este cansancio que nos produce ordenar, clasificar y recolocar objetos o prendas de vestir, resulta tan agotadora porqué conlleva un gran esfuerzo mental. Cuando ordenamos una habitación o un armario, no estamos simplemente llevando cosas de un lado a otro y tirando o desechando lo viejo o lo que ya no nos sirve. Nuestro subconsciente está procesando recuerdos ligados a estos objetos o prendas, reviviendo algunas situaciones y decidiendo si ese recuerdo nos resulta útil o no.

Cuando decidimos guardar un objeto, seguimos vinculados/as a una serie de sensaciones que nos evoca,  sensaciones que pueden ser tanto alegres como tristes o incluso agridulces. Pero si lo dejamos ir de alguna forma estamos dejando paso a lo nuevo.

No queremos decir con esto, que haya que deshacerse de todo y menos en los tiempos que corren. Significa que no resulta positivo para nosotros quedarnos ligados a una prenda familiar hasta el infinito y más allá, indistintamente de que los recuerdos ligados a ella sean positivos. Hay que avanzar y dejar espacio a lo nuevo, aunque esto nos asuste. Lo único que tememos es a un futuro que está por llegar y quizás a un presente que no somos capaces de apreciar.

Todos hemos tenido una prenda de vestir, que hemos llevado una y otra vez, hasta que no nos ha quedado más remedio que tirarla porqué se había roto, y aún así, hemos mostrado cierta resistencia a deshacernos de ella. Quizás porqué hemos vividos muchos momentos especiales con ella como: ir al concierto de nuestro cantante favorito con ella, conocer a una persona especial, pasar una noche inolvidable con los amigos….

También hemos tenido o por lo menos oído hablar de las prendas u objetos de la suerte, esa prenda especial que nos da suerte en un examen o en una cita. Esa pata de conejo, el trébol de la suerte,  o un simple llavero que nos regaló alguien especial…..Con todos estos procesos, ligamos nuestras emociones a nuestros objetos o prendas de vestir.  Con el paso del tiempo estas prendas u objetos se desgastan y debemos decirles adiós, lo que a veces no resulta fácil., pero es necesario.

Sino dejamos espacio a lo nuevo, corremos el riesgo de anclarnos eternamente a nuestro pasado.  A veces el peso del pasado nos ayuda a recordar quienes somos y nos resultan necesarios para   afrontar el futuro,  pero solo si somos valientes y dejamos que el pasado se marche,  dejaremos espacio para vivencias nuevas, lo que nos permitiría vivir intensamente el presente y construir el futuro.


Estas limpiezas de armario, pero sobretodo de emociones y recuerdos, son muy necesarias en el proceso de duelo. Cuando perdemos a una persona querida, ya sea porqué ha fallecido o porqué hemos sufrido una ruptura sentimental o de cualquier otro tipo, dejar ir sus pertenencias nos ayuda a afrontar la perdida.
Por supuesto, cada persona necesita un tiempo y hay que respetarlos. No es necesario deshacerse de todo al mismo tiempo, de hecho realizar esta limpieza de forma brusca y sin estar preparados, no resultará de ayuda, al contrario puede agravar el dolor.  Nosotros mismos seremos capaces de detectar cuando estamos listos para dejar ir ciertas pertenencias de esa persona, solo hay que escuchar a nuestro subconsciente.


Las limpiezas son imprescindibles para nuestra salud, dejar espacio físico equivale a crear espacio en nuestras vidas.