jueves, 10 de octubre de 2013

REVISTA MENUDOS CORAZONES Nº 27 VAMOS AL HOSPITAL



VAMOS AL HOSPITAL
"HOLTER"

¿Qué es?
El monitor cardiaco Holter es un dispositivo de grabación, no invasivo, que registra el ritmo cardíaco durante la actividad normal de la persona, de forma continua durante 24 horas. Se utiliza para evaluar las alteraciones electrocardiográficas en una gran variedad de enfermedades cardiacas. Esta prueba diagnóstica es conocida también como electrocardiografía ambulatoria.


¿Quién lo inventó?
En 1949, el médico Norman Jeff Holter, desarrolló la idea que una evaluación significativa del estado cardiovascular de una persona solo puede realizarse a largo plazo y mediante una observación continua. Por ello inventó una gama de instrumentos portátiles de grabación los cuales permitirán  realizar un registro sin alterar su actividad diaria.  El primer aparato fabricado fue una especie de mochila, de unos 38 Kg., con la que se puede registrar el electrocardiograma de quien la porta. El monitor Holter, como se lo nombró posteriormente, se ha ido reduciendo en tamaño a la vez que se lo ha combinado con la grabación digital en cinta.

Historia….
Desde la aparición del primer Holter en 1949, en forma de pesada mochila, el avance de los transistores, permitió la reducción progresiva del dispositivo, tanto en consumo como en tamaño. Pudiendo utilizar un grabador de cinta electromagnética, que a partir de 1952 permitió pasar de 38 kg de peso a tan sólo 1,2 kg.
En la actualidad, los registradores Holter son dispositivos mucho más compactos, ligeros y robustos, ya que no graban en cinta magnética, sino en memoria de esta sólido y pueden llegar a pesar tan sólo 78 gramos.
Esta reducción de tamaño y peso, ha permitido optimizar los resultados obtenidos. Ya que la alteración de la actividad cotidiana de la persona a la que se le realiza el registro, cada vez es menor.
Junto al registro del ritmo cardíaco durante las 24 horas, el paciente debe anotar las actividades que realiza durante el día, indicando la hora. Así como las posibles molestias, que pueda tener. De manera, que el registro escrito y la grabación del ritmo cardíaco, la lectura de estos datos permite determinar la naturaleza del problema cardíaco.
La actividad eléctrica cardiaca que se registra es muy similar a la que se obtiene con un electrocardiograma con la diferencia de que los resultados se obtienen mientras la persona desarrolla un ritmo de actividad más o menos normal durante el periodo preestablecido.
Durante el ciclo cardíaco de bombeo y llenado, un patrón conocido de impulsos eléctricos muestra exactamente la acción del corazón. Estos pulsos pueden recogerse mediante electrodos que se adhieren a puntos precisos de la superficie del cuerpo. De ahí surge una imagen gráfica que muestra la actividad del corazón representada por ondas características. La imagen puede ser evaluada instantáneamente en un monitor o ser impresa sobre papel milimetrado para su posterior estudio por el especialista.
Para realizar el examen se colocan unos electrodos, que son unos pequeños parches conductores, en el tórax y se conectan a un pequeño monitor por medio de unos cables, denominados derivaciones. El monitor de registro cardíaco opera con baterías, y se guarda cerca al cuerpo en una bolsa colgada alrededor del hombro o a la cintura. Las derivaciones se conectan a electrodos, los cuáles son sensibles a los impulsos eléctricos del corazón.
Fue en los años 60, cuando se introdujo en clínica el registro electrocardiográfico continuo ambulatorio de 24 horas (Holter), creando grandes expectativas respecto a su utilidad para la detección de arritmias paroxísticas. 
Más tarde en la década de los 70 y principios de los 80, gracias a los registros realizados, se demostraron la baja presencia de crisis sincopales o presincoplaes durante la monitorización.
En la actualidad,  el monitor Holter se utiliza habitualmente para determinar la respuesta del corazón a la actividad normal. No obstante, existen otras situaciones en las que se precisa conocer la respuesta eléctrica del corazón, ya sea para valorar el efecto de medicamentos cardíacos, en especial antiarrítmicos, después de un infarto de miocardio, o para diagnosticar un ritmo cardiaco peligroso o anormal. El objetivo de su uso es obtener un registro de la actividad del corazón durante un periodo de tiempo determinado.
La evolución de esta prueba diagnóstico, es solo un ejemplo, de cómo el paso del tiempo permite que se den avances médicos, al mismo tiempo que las personas que padecen cardiopatías, crecen y se convierten en adultas.




TESTIMONIOSVIVENCIAS CON EL HOLTER

Tengo 35 años y me operaron de tetralogía de fallot cuando tenía 15 meses. Me acuerdo que al principio los holter eran enormes, te lo ponían en un bolso bandolera e iba grabando el una cinta de cassette. Lo que más recuerdo era el peso y como sonaba. Luego pusieron un walkman y más tarde un grabador de cd. En los últimos cinco años, me han hecho dos y ya son Mp3 con los cual es mucho más cómodo. Yo he pasado por todos los modelos que ha tenido el Hospital de La Paz en Madrid.

María Ángeles Mena


Érik tiene dos años y medio. Nació con coartación de la aorta (operado al año de vida) y estenosis aortica que ha sido aperado el pasado 8 de mayo haciéndole una operación de Ross en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona dirigido por el equipo del Dr Caffarena.
La operación salió bien y la evolución en la UCI también fue buena. Pero al quinto día de su operación, cuando estábamos en la sala de semicriticos a punto de ser trasladados a planta, Érik empezó a tener breves taquicardias cambiándole el ritmo del corazón de sinusal a nodal. En algunos momentos su corazoncito se disparó a 280 pulsaciones.
Después de hacerle ecocardiogramas en cada ocasión que se le disparaba sus pulsaciones, los cardiólogos nos explicaron que estas arritmias eran provocadas por la dura operación a la que se sometió el pequeño, que serían pasajeras y que se controlarían con la medicación llamada vulgarmente "Fleca".
Tres días después de haber empezado la medicación, nos trasladaron a planta y le programaron para hacerle un Holter el día siguiente.
Se lo pusieron a las 9 de la mañana y se lo quitaron a las 9 del día siguiente. Como veis en la fotografía su compañero de operación "Mic" también llevaba uno. Así que le fue muy fácil y no le causó ninguna molestia en todo el día. Anotamos todos sus cambios de actividades como comer, dormir, llorar, jugar....en una libreta que nos dieron.
En los resultados del Holter salió sin ninguna taquicardia ni cambio de ritmo, la medicación estaba haciendo su efecto, así que ese mismo día nos dieron el alta!!!!
Esther (mama de Erik)

Al nacer con una cardiopatía congénita, ciertas pruebas médicas te acompañana lo largo de tu vida. El holter no es una excepción.  El tiempo juega a nuestrofavor, ya que la medicina crece y evoluciona junto a nosotros.
Desde mi primer holter hasta el último,  se han dado muchos cambios. Yo he ido creciendo con el paso de los años, y el holter ha evolucionado y se ha reducido.
Me pusieron mi último holter, el día de la huelga general, el 29 de Marzo de 2012. Para mi sorpresa en cinco minutos estaba puesto y a penas se notaba. Y la mayor alegría, no tuve que tomar nota de las actividades que realizaba durante el día.  Que lejos quedaba, el tener que llevar ropa ancha, sentir algo pesado en la cintura y estar pendiente de anotarlo todo.
Aquello me hizo recordar, todos los modelos de holter que había llevado hasta el momento. Desde los holters que eran como walkmans, pesaban muchísimo y realizaban el registro en una cinta de casete. Hasta los que se parecían a un mp3, pero la cantidad de cable seguía resultando molesto. Y finalmente este últimos modelo, aún más pequeño y de tan solo cinco conexiones.
Y con cada modelo, recordé los trucos de mi madre, para facilitar las 24 horas junto al holter.  Recuerdo con cariño, como me ataba aquel pesado walkman a mi pequeña pierna, para que pudiera dormir las calurosas noches de verano.  Como me regaló mi primer bolso, a los nueve años,  para que pudiera llevar el holter en su interior y pasear por la calle.
Hoy a mis 31 años, sé que la medicina seguirá evolucionando junto a nosotros y que siempre existirán personas capaces de ayudar a crear bonitos recuerdos, incluso ante una prueba médica.
Cristina Calle Guisado


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