Dentro de poco se acaba el año 2012, un año que ha resultado especialmente duro. Y con el fin de un año viejo, llega uno nuevo en el que no sabemos los que nos espera. Se cierra una etapa y se abre una nueva ante nosotros.
La abertura de una nueva etapa siempre es una buena oportunidad para proponerse cambiar, de ahí los propósitos de año nuevo, que normalmente no se suelen cumplirse. Porqué muchas de las metas que nos marcamos no son realistas o realmente no deseamos conseguirlas.
Para conseguir un cambio en nuestra vida, ante todo debemos desearlo y no esperar a que suceda solo, sino actuar en consecuencia, siendo coherentes y sinceros con nosotros mismos.
Si deseamos dejar de fumar, no valdrá con escribirlo en un papel como objetivo o con decírselos a nuestros familiares y amigos, sino tenemos la voluntad suficiente para no fumar un cigarrillo cuando nos apetezca difícilmente lo conseguiremos.
Igualmente si deseamos perder peso, sino hacemos dieta o ejercicio, será muy difícil conseguirlo.
Y así con cualquier cambio que queramos tener en nuestra vida. Si por ejemplo, estamos hartos de tener relaciones sentimentales en las que no nos sentimos valorados, no bastará con desear que estos cambie, habrá que aceptar nuestra parte de responsabilidad y ver que podemos hacer nosotros para producir dicho cambio.Y quien habla de relaciones sentimentales, dice relaciones familiares, amistades o cualquier tipo de relación social.
Es decir, los cambios no se producen por arte de magia, se producen cuando trabajamos para conseguirlos. Cuando luchamos para cambiar aquello que podemos cambiar. Y por otro lado aprendemos a aceptar, que hay cosas que no están en nuestras manos. Por ejemplo, no podemos obligar a alguien a que nos ame, no podemos hacer que nos toqué la lotería, no podemos evitar perder a un ser querido....
Los rituales simbólicos, pueden ayudar a nuestro subconsciente a dejar cosas del pasado en la vieja etapa y a marcarnos nuevos objetivos. Estos nuevos objetivos deben ser realistas, debemos sincerarnos con nosotros mismos y desear conseguirlos de corazón, pero también a través de la acción.
Ahora que esta a punto de finalizar el año y de terminar esta etapa de doce meses, hay un ritual muy sencillo que nos ayuda a aclarar nuestras ideas sobre los cambios reales que deseamos en nuestra vida. Se trata de coger un folio en blanco y dividirlo en dos partes con una raya. En la parte superior izquierda pondremos el año que se acaba (en este caso el 2012) y en la parte superior derecha el año que llega (en este caso 2013).
Bajo el año 2012, pondremos una lista de cosas que queremos dejar atrás. Es decir aquello que no queremos que nos siga acompañando en la nueva etapa que llega (ejemplos: dolor, inseguridad, empleo precario, discusiones con algún familiar, ansiedad, preocupación excesiva por algún tema.....). Y bajo el año 2013, pondremos una lista de cosas que queremos conseguir en el año que llega (ejemplos: perder peso, ganar más dinero, mejorar la relación con mi familia, viajar a otro país...).
Cada uno tendrá su lista personal, cada cuál tendrá sus propios deseos. Y una vez escritas ambas listas, es fácil ver como se compaginan, queremos dejar algo atrás para poder lograr algo nuevo. Por ejemplo queremos dejar de discutir con nuestra madre para conseguir mejorar la relación con ella.
De esta manera tan sencilla marcamos una guía a nuestro subconsciente, aunque los resultados acabarán dependiendo en gran medida, de nuestro esfuerzo por conseguirlo.
Pero lo más importante es que esa lista es solo para nosotros, y no vamos a pasarnos todo el año obsesionados con ella, porqué una vez escrita y leída, la destruiremos.
Si hay la posibilidad, mejor quemarla cerca de las doce de la noche del 31 de Diciembre. Aunque si no hay esta posibilidad, o se prefiere hacer el ritual en la intimidad, puede hacerse durante los últimos días del año. Es importante hacerlo antes de que la nueva etapa llegue. Una vez la lista este quemada, no la tiramos a la basura, la tiramos por el wc, para que se vaya a través del agua, fluyendo.
De esta forma entendemos que todo fluye, que todo cambia. Y no guardamos la lista para vivir pendientes de si conseguimos o no los objetivos.
Pero el punto más importante, es realizar la lista con la máxima sinceridad posible y con metas que podamos alcanzar. Deseos que no estén determinados por lo que quieren o aconsejan otras personas, deseos propios y verdaderos hacía un cambio posible.
Solo me queda decir, que espero que vuestros deseos se cumplan. Y sobretodo que se cumplan porqué tengáis la fuerza y valentía de trabajar para conseguirlos.